De repente usted siente que debe llamar a alguien o caminar por el parque , sonreír a un extraño o entablar una conversación. Puede parecer una pequeñez, o algo tonto, pero para esa otra persona puede ser una señal de esperanza, un mensaje de su ángel.
Tenemos que ser conscientes de que cuando llega el pensamiento de hacer algo por alguien, incluso un extraño, tenemos que ir y hacerlo.
Somos mensajeros de los ángeles y, a veces, puede ser difícil para los ángeles enviar mensajes o dar señales, si la mayoría nos resistimos a pasarlos. La señal que se nos pide que demos podría salvar la vida de alguien.
El otro puede estar muy deprimido y desesperado y se nos pide esa pequeña cosa que para él es mucho. Recordemos que los extraños pueden también darnos mensajes de los ángeles. A veces, alguien - que podría ser un dependiente, un conductor de autobús, el hijo de un vecino - nos dice algo que nos llega profundamente. Podemos tomarlo como una señal de aliento o esperanza, o como algo que necesitábamos saber. Escuchemos. No descartemos esos momentos preciosos por no reconocerlos.
Recientemente, estábamos en un estacionamiento muy concurrido de un centro comercial - mi hija Ruth iba conduciendo. Aún en el coche, los ángeles susurraron en mi oído diciéndome que mirara hacia el aparcamiento. Vi a una anciana que parecía muy estresada. Su coche estaba atascado en una esquina, con un gran camión estacionado a su lado y otro auto estacionado muy cerca, detrás de ella. La observé mientras entraba y salía del coche. Caminaba alrededor de su coche muy angustiada, ya que no tenía idea de cómo iba a conseguir salir sin dañar algo de su coche u otro. Ella miraba a su alrededor para ver si había alguien que la ayudara.
La luz de su ángel de la guarda se encendió, y me habló sin palabras diciendo "Lorna ve en su ayuda. Nadie está escuchando. "Me di cuenta de que un montón de ángeles en el estacionamiento susurraban en los oídos de la gente, pero nadie estaba preparado para escuchar a su ángel e ir a ayudarla. Me volví a Ruth y le dije que iba a ayudar a la mujer. Salí y me acerqué a la anciana.Le pregunté si podía ayudar. Estaba un poco indecisa al principio. Su ángel de la guarda la envolvió y comenzó a relajarse. Me dio las llaves. Su coche era muy viejo y me comentó que era difícil ponerlo en reversa. Le dije que no se preocupara que me las arreglaría. Hablé confiada, pero estaba preocupada. El coche había quedado atascado en un espacio muy estrecho y no soy de lo mejor estacionando. En cuanto me metí en el coche ví a un ángel sentado en el asiento del pasajero a mi lado. Hablé con el ángel sin palabras diciendo: Yo definitivamente voy a necesitar ayuda para hacer esto, casi no hay espacio para mover el coche. El ángel me dijo que mirara por el espejo. Yo lo hice. Había un montón de ángeles que rodeaban el coche. "Sólo tienes que moverlo centímetro a centímetro" me dijo el ángel. Hice lo que me dijo y saqué el coche a un espacio más abierto sin problemas.Cuando abrí la puerta del coche para salir, vi que había varias personas, incluyendo a mi hija y una gran cantidad de ángeles que vigilaban mi maniobra. La anciana me dio un gran abrazo al agradecerme y me dijo que iba a rezar por mí. Su ángel de la guarda me dio una gran sonrisa de gratitud. Todavía estoy bastante sorprendida de que ninguna de las personas que vieron su angustia se ofreciera a ayudar. Los ángeles me habían dicho que ellos notaron que necesitaba ayuda y que habían visto su aflicción.
No debemos dudar en ofrecer ayuda a alguien, independientemente de su edad o sexo. Recordemos que nunca sabemos cómo está el otro, puede parecernos sano y no serlo, o estar en una situación de angustia o muy problemática que no podemos evaluar. Tal vez algo está pasando en su vida emocional que está haciendo que sea difícil hacer frente a ese día. Todos tenemos que ser más proactivos en cuanto a ofrecer ayuda a los demás, demostrando que nos importan y que sentimos amor compasivo por todo y todos.
Sobre Lorna Byrne:
Lorna nació en una familia pobre en Dublin 03 1955. Mucho antes de que ella pudiera hablar podía ver y comunicarse con los ángeles - los ve tan físicamente como al resto de nosotros. Su falta de interés en el mundo material hizo que se le diagnosticara como “retrasada”. En 1971, mientras ayudaba a su padre en el garaje, Lorna conoció a Joe, el hombre que Ángel Elías le había anunciado que se casaríacon ella. Se casaron en 1976.La vida matrimonial fue difícil, Joe sufría de graves problemas de salud y no podía trabajar la mayor parte del tiempo. La pareja y sus cuatro hijos vivían en la pobreza. En el año 2000 – como le había rofetezado el Angel Elías, Joe murió, dejando a Lorna sola con cuatro hijos. Su hijo más pequeño tenía sólo cinco años de edad.Lorna ha seguido viendo y hablando con los ángeles durante toda su vida y dice: "Ellos fueron mis maestros, mis amigos [y siguen siendo hoy]. Cuando era niña, a Lorna se le dijo que no dijera a nadie que ella los veía, y así lo hizo, hasta que escribió el libro Ángeles en mi pelo . Incluso ni a su amado esposo, Joe, le dijo que podía verlos. La gente, sin embargo, siempre supo que había algo "diferente" o "especial" sobre Lorna y mientras sus hijos crecían, se corrió la voz y muchos empezaron a venir a visitarla, en busca de curación o sabiduría.Desde una edad muy temprana, los ángeles le dijeron que iba a escribir un libro sobre ellos. Ella se reía cuando se lo dijeron que, porque tenía dislexia y apenas podía escribir. En 2003, Lorna comenzó a trabajar en el libro y la gente que entró en su vida le ayudó. En mayo de 2008, Ángeles en mi cabello se publicó en el Reino Unido e Irlanda. Ángeles en mi cabello ahora es un best-seller internacional. Se ha traducido a veintiséis idiomas y se ha publicado en más de cincuenta países. El segundo libro de Lorna, Escaleras al cielo , es también un éxito de ventas internacional. Un mensaje de esperanza de los Ángeles , el tercer libro de Lorna, igualmente la abrumadora respuesta de los lectores al mensaje de Lorna - independientemente de las creencias religiosas - es porque ella les ayuda a darse cuenta de que no importa que tan solos se puedan sentir, tienen un ángel de la guarda a su lado.
Lorna ByrneTraducción por Tahíta
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